La velocidad del viaje

   Ayer acabé de leer un libro, “Un árbol crece un Brooklyn”, ( muy bueno por cierto, libro que recomendaría leer a la gente de entre 15 y 35 años de nuestros días), y observé ciertos parecidos entre la velocidad de los viajes y la “velocidad de un libro”.

    Todo el mundo dice que leer es como un viaje, en eso estoy de acuerdo, las dos acciones te trasladan a sitios que no conoces y te enseñan gentes, paisajes, culturas, pasiones....etc, pero la velocidad de cada viaje es distinta, es inversa.

    En el viaje clásico tu sales de tu casa en coche, tren, avión, etc, en mi caso casi siempre en moto, y el tiempo pasa veloz los primeros kms o días, no tengo prisa pero parece que el tiempo del que dispongo no me llega a nada; cuando leo un libro sin embargo en las primeras páginas el escritor-a, parece que disponga de todo el tiempo-espacio del mundo, todo pasa despacio, las descripciones son meticulosas y extensas, cosas que se podrían resumir en pocos párrafos quizás ocupen páginas y esto es así durante los primeros días de lectura.

    Cuando vas en tu viaje particular a medida que los días, horas de vacaciones se van agotando, el tiempo pasa cada vez más lento y cuando estás a 3 ó 400 kms de casa.........nunca acabas de llegar, esos últimos kms son interminables, esos mismos que a la ida se pasaron sin darte cuenta, en el regreso parecen no tener fin. En el libro, en los últimos capítulos parece que al escritor de repente le entrase la prisa por acabar y todas aquellas meticulosas descripciones desaparecen y en su lugar viene la concreción y resumen, las acciones son todas mucho más rápidas hasta llegar al final, final que hace unos capítulos estaba realmente lejos y ahora se abalanza hacia ti a una velocidad inversamente proporcional a la del final de mi viaje cuando me aproximo a casa.

    Esto no es una ley universal de viajes y libros, sin embargo lo llevo observando en mis viajes, (sobre todo cuando voy en moto) y en los libros en un 80% de los que he leído.